Los Wandergeselle ya están aquí ¿Aún no Los has visto?

Texto de Mayte Medrano

Tres años y un día es tiempo suficiente para que tú también te hayas cruzado alguna vez con ellos. Es normal, no pasan desapercibidos. Visten pantalones de campana de cuero o de terciopelo, una chaqueta y chalecos a menudo negros o marrones e incluso algunos lo acompañan de unos tirantes. Los podrás reconocer a lo lejos por su sombrero negro y su bastón labrado de madera. Llegan al centro de las ciudades, golpean dos veces su garrote contra el suelo y ofrecen sus servicios (generalmente son carpinteros, albañiles o artesanos) a cambio de techo y comida. Claro que no le hacen ascos a alguna propina o una cerveza bien fría. ¿Ya sabes de quien te hablo? No son Amish despistados. Se llaman Wandergeselle (Wander que es ambulante y Geselle que significa Oficial), unos trabajadores nómadas que mantienen esta tradición medieval a lo largo de toda Alemania. 

Los Wandergesellen recorren la geografía en busca de trabajo, techo y comida. FUENTE: picture-alliance / dpa en www.bz-berlin.de
Los Wandergesellen recorren la geografía en busca de trabajo, techo y comida. FUENTE: picture-alliance / dpa en www.bz-berlin.de

Particularmente me los he encontrado ya dos veces en varios bares de Rüttenscheider Straße en Essen. La primera me asusté. Estaba con unos amigos en un café cuando llegaron e interrumpieron las conversaciones de los presentes para darse a conocer. La segunda vez, les sonreí -como el resto de los que estaban en mi mesa- admirada por su estilo de vida.

Siempre se dejan ver con la llegada del buen tiempo. Entran, golpean su bastón dos veces y con su tradicional ceremonia explican de dónde vienen y qué buscan. Cualquier trabajo para el que estén capacitados será con gusto recibido y terminado en una semana. Además cuentan con el cariño y la admiración del resto.

Llevan tiempo fuera de casa como parte de su formación. Durante tres años y un día no pueden acercarse a menos de 50 km de su ciudad de origen. No valen la morriña ni la nostalgia para violar la norma. Deben de ser menores de 30 años, estar solteros o solteras y no tener ni hijos ni deudas ni cualquier tipo de condena. Atención mujeres, que desde los años 80 pueden lanzarse a los caminos a buscarse la vida también. ¡Faltaría más!

No se permite tener ningún vehículo tampoco y los traslados deben hacerse a pie o en autostop. Para distinguirse deben andar siempre con el uniforme acompañados de un hatillo, el Charlottenburger, donde guardan sus pocas cosas de valor, algo de ropa y comida. 


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A lo largo de la geografía alemana -aunque también se puede llegar más allá de las fronteras del país- realizan el aprendizaje práctico de su Formación Profesional -Ausbildung-. Después vuelven a su ciudad de origen donde les espera el examen final y el título de Maestro Oficial en la especialidad que ellos hayan elegido: carpinteros, escultores de madera, encuadernadores, sastres, albañiles, cerrajeros, alfareros o herreros.

Estos Journeyman o Compagnons en francés deben adaptarse a las costumbres y la forma de vida de cada ciudad nueva a la que llegan. Aprender otros métodos de trabajo, jergas y rituales forma parte de este Praktikum. Y para demostrar cada parada que han hecho les acompaña el libro de viaje donde apuntan cada anécdota y ciudad que pisan. Tanto los empleadores como el resto de gente que han ido conociendo durante el camino pueden dar fe de ello en sus páginas.

A parte, cuentan con los consejos de un maestro del oficio titulado que ya ha participado en la formación de otros oficiales en las mismas circunstancias. Éste será el padrino del artesano viajero con el que compartirá admiración y respeto. Más tarde, durante el examen final, se sumarán las horas de instrucción para alcanzar el título y poner fin a aventura.

FUENTE: http://www.tagblatt.de
FUENTE: http://www.tagblatt.de

GLOSARIO:

 

Ohrring: pendiente de aro en una oreja

Hut: Sombrero de ala ancha o de cilindro siempre negro.

Staude: Tronco con camisa ancha y blanca.

Je drei Manschettenknöfe: Tres botones en el gemelo que simbolizan los tres años de aprendizaje.

Charlottenburger: como indicamos arriba, es el zurrón donde guardar y transportar todas las posesiones y los bienes.

Stenz: el bastón de madera labrado.

Schuhe oder Stiefel: zapatos o botas negras u oscuras.

Weste mit acht Perlmuttknöpfen: chaleco con ocho botones de nácar que simbolizan las ocho horas de trabajo diario.

Jacke mit sechs Perlmuttknöpfen: chaqueta con seis botones de nácar que representan los seis día de trabajo semanal.

Ehrbarbeit: la honradez que conlleva la pertenencia a un grupo o gremio concreto.


Esta tradición medieval se mantiene hoy en día en Alemania, en algunas zonas de Francia, en Australia y en Escandinavia a pesar de las prisas y la instantaneidad de nuestras vidas. Una filosofía sencilla: trabajo a cambio de pan y cama. Las millones de aventuras que acompañarán al oficial se quedarán con él a lo largo de toda su vida. Quienes emigramos sabemos de eso ¿no? Aquello que durante los tres años y un día aprendan, les ayudará a adaptarse a todo lo nuevo que venga. Ciertamente se me ocurren pocos métodos mejores contra la xenofobia. 

 

Y tú ¿te los has encontrado en algún bar? Y en tu ciudad, ¿se mantienen estos tradicionales oficios nómadas?

Por algún casual... ¿quieres unirte a ellos?

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