¡Uy! Vengo con un par de cafés y también muy bien desayunada... disculpad que no haya dado señales antes. Estaba viviendo. Exprimiendo. Saboreando. Llevo unos días pensando en eso.. en el tiempo que se nos va como si alguien nos soplara las velas y nosotros no nos diéramos ni cuenta. Así que como no pienso perderme ni un sólo orgasmo, he decido contároslos todos toditos todos. A Dios pongo por testigo que no volveré a escribir un artículo por año. Eso ha terminado porque tengo anécdotas para dar y regalar. El verano, chica, que cada noche es una aventura...
¿Por dónde empiezo? Una noche en una fiesta en la playa... la verdad es que no había arena, que era asfalto. No había luna ni estrellas porque el cielo de Madrid a veces se coge esos berrinches y no hay quien le haga entrar en razón. Pero él se lo pierde, porque a veces lo mejor no está ahí arriba, que está sobre las terrazas de verano que abren hasta el amanecer. Pistas de baile en las alturas. ¡Y a danzar!
Antes de continuar haré un breve resumen de este tiempo: el chico del mechón de pelo sobre la frente, sí sí, el que hacía malabares con sus manos y dejaba inmovilizadas mis piernas volvió con su ex. O vuelven con sus ex, o hacen bomba de humo o simplemente se enamoran de una. No hay más, sota-caballo-rey. Y aquello reconozco que me revolvió. Me tomé un tiempo para volver a los cafés con amigas, el cine de media tarde entre semana, incluso hice dieta de zumos naturales y me compré un balón gigante para hacer pilates. Si, todo lo que os esperabais. ¿Creíais que yo iba a ser distinta? Pues no os cuento nada nuevo que no hayáis vivido vosotras... Ahí, de fondo, la incógnita. ¿Qué, de todo lo que le hice, provocó que volviera con su ex?
Sobre esto volveré en otra ocasión. Que de aquel chico del mechón hace ya algún tiempo y no hay que remover el pasado en pleno arranque. De sexo, vibradores, experiencias y demás deseos hablaremos de ahora en adelante. ¿Creíais que iba a ser un aquí te pillo aquí te mato? Mmm ¿y aquello de hacerse esperar...?
Retomemos lo nuestro. Tres, dos, ¡uno!
¡Gracias por compartir!
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