Texto de Toño M.
El triathlon en Alemania ofrece una de las pruebas más masivas de todo el circuito en distancia, el Ironman. ¿Qué es la distancia IRONMAN? Si, en mayúsculas. Se trata de, nada más y nada menos, nadar 3,8 km para terminar montado en una bicicleta en la que se ha de hacer 180 km. Después, uno se baja de ella y corre una maratón completa (42,195 km). Y alguno dirá que hay que estar loco… algo de razón tiene, pero la sensación tras completarlo y poner a prueba el cuerpo al completo explica cómo en horas se agotan miles de inscripciones para cada Triatlón que lleve esta modalidad.
Y en Alemania, al igual que en España está en pleno auge. Si España disfruta en la actualidad de su momento dulce en este maravilloso y sacrificado deporte con Javier Gómez Noya como campeón de las series mundiales ITU, el campeonato del mundo en distancia olímpica (1,5 km-40 km-10 km), no hace mucho que Victor del Corral se impuso en el Ironman de Florida.
Esta lucha por el dominio del triatlón español recuerda a la etapa alemana en las olimpiadas de Pekín 2008 donde Jan Frodeno se hizo con el oro. Pero si hablamos de triatlón en Alemania no podemos dejar fuera a la figura más grande, Faris Al-Sultán. La historia de Faris Al-Sultán es la historia de la precocidad. Con 16 años se inscribió en su primer maratón (no sin superar numerosos inconvenientes burocráticos). Era un buen nadador y eso pronto le abrió las puertas del triatlón mundial. Debutó en su primera distancia Ironman en 1997 en Lanzarote, un lugar onocido por ser uno de los circuitos más complicados y exigentes.
Faris es un hombre de largas distancias, algo que quedó demostrado en el 1999 al terminar este triatlón -que está reconocido como el más legendario- en 3ª posición. Para Faris, el Triatlón es un modo de vida imposible de compaginar con sus estudios de lenguas árabes en la Universidad de Múnich, lo que le ha hecho y le hace entregarse a este deporte que le tiene reservado un hueco en su muro de la fama.
Mas controvertida es la historia de otro triatleta alemán. Su nombre es Andreas Niedrig. Corrían los años 80, cuando un jóven Andreas se dedicaba a trapicheos poco aconsejables con sus amigos. Desde los 13 años estuvo en contacto permanente con las drogas. "Creía que todo estaba bajo control, pero poco a poco el estudio o las amistades dejaron de importarme".
Pasaron años durísimos en los que su situación familiar era cada vez más insostenible hasta que, con 26 años empezó a correr y a darse cuenta de su talento para la resistencia.
Meses más tarde estaba corriendo maratones bajando de las 3 horas y probando en triatlones en distancia olímpica. Hoy, cuando se habla de Andreas, se habla de un hombre que ha sido top 10 distancia Ironman en el campeonato del mundo en Hawaii. Con el paso de los años, en este deporte, solo queda el recuerdo de cómo un hombre consiguió ganar la prueba más dura, la lucha con sus demonios. Porque el triatlón es un deporte de historias maravillosas. Anímate y apúntate a la próxima carrera.
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Alicuecano (martes, 26 noviembre 2013 12:30)
creo que esta especialidad deportiva, no solo precisa una condición física excepcional sino lo que es más importante una capacidad de sufrimiento que tiene que provenir de una "cabeza" muy bien ordenada. Me parece "sobrehumano"