¿Dónde podemos cenar? ¿Dónde vamos a tomar la última, o la primera? ¿Dónde disfrutamos de un mojito con unas vistas de Madrid privilegiadas?

Crees que no hay una sola respuesta para estas tres preguntas. ¿Verdad? Hemos encontrado el lugar perfecto para una cena romántica en una azotea a la luz de la luna, para beber una copas con los amigos al ritmo de la mejor música o para una cena tranquila y de calidad con quien quieras, la compañía la eliges tú, el lugar existe y se llama El viajero.

Este restaurant grill está en la famosa zona madrileña de La Latina, en una de las esquinas de la Plaza de la Cebada se esconde este polifacético restaurante abierto de martes a domingo que pone a tu disposición la oferta que te apetezca. Planes diferentes y ordenados según vas cambiando por las distintas plantas del edificio. En la primera planta nos encontramos con un restaurante acogedor que ofrece un extenso menú donde destacan las carnes y su variedad de salsas. Como sugerencia no dejéis de probar el confit de pato con compota de manzana, el solomillo con mousse de foie en salsa de setas o el solomillo a la mostaza. La guinda del pastel son los postres, cabe destacar la crepe de dulce de leche y las fresas con chocolate blanco, un placer completamente irresistible. Las escaleras hacia la segunda planta nos ponen en sobre aviso de los que nos vamos a encontrar… cascada de luces y unos pósteres vintage nos seducen para que nos sumerjamos en el siguiente nivel.

Una larga barra, sofás o sillas, y unas cuantas mesas nos invitan a tomarnos unas copas disfrutando de las vistas gracias a unas amplias cristaleras que rodean la sala.

En una de las esquinas se localiza el Dj que ambienta las tardes que se convierten en noches y son testigo de la transformación del apacible salón en una pista de baile hasta bien entrada la madrugada. La tercera planta es el capricho y, por defecto, la favorita de los clientes de El viajero. Una azotea con vistas de las cúpulas de Madrid y las puestas de sol más románticas y divertidas de la capital. Se sirven copas, pinchos y pizzas. La azotea abre sólo cuando las condiciones climatológicas permiten disfrutar de este espacio. No dejéis de pasaros por El viajero, habitantes o esporádicos visitantes de la capital, un lugar que merece la pena conocer y en el que se puede disfrutar de multitud de planes siempre a gusto del consumidor.

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